El lugar donde se escriben los libros sagrados. Muro de piedra en Hřibová.

Subí más y más alto por la pendiente. Terminaba un caluroso día de julio. El sol estaba solo un poco por encima del horizonte, pero el paisaje seguía brillando. Los prados olían a tomillo quemado. Me detuve, me di la vuelta. La vista fue asombrosa. No esperaba que las tierras bajas alrededor de Javorník y Žulová estuvieran tan por debajo de mí. Estoy en el fin del mundo, no hay duda al respecto.
La colina, o tal vez solo una cresta, se llama Hřibová. tenia el mismo nombre...